lunes, 18 de octubre de 2010

Dia de la madre ¿Cuando nació?



DIA DE LA MADRE

HISTORIA DE LA CELEBRACIÓN
:

Inicialmente las primitivas celebraciones del día de la madre pueden ser remitidas a las fiestas de la Grecia antigua en honor a Rhea, Madre de todos los dioses y de quien más adelante profundizaremos en este artículo.

Durante el siglo XVII, Inglaterra celebraba un día llamado "Domingo de Madres" en honor a las madres Inglesas.
Durante este tiempo, algunos pobres de Inglaterra trabajaban como siervos en lugares lejanos de sus casas. El "domingo de las madres" los siervos podían regresar a sus hogares para estar con sus madres. En esa festividad se preparaba una torta especial, llamada pastel de la madre y con ella se le daba un toque festivo a la celebración.

Con la expansión del cristianismo por toda Europa, la celebración se cambió y se ofreció en honor de la Madre Virgen, cuyo poder espiritual protegía a todos. Tiempo después, el "Domingo de madres" se celebró en honor a todas las madres e igualmente a la Virgen Madre.

En los Estados Unidos el día de la madre fue conocido primero en 1872 cuando Julia Ward Howe (compositora del himno de la batalla de la república), dedicó este día a la paz. La señora Howe organizó en un comienzo el día de la madre en Boston, posteriormente, en 1907, Ana Jarvis, una activista comunitaria, de Filadelfia, estableció el día de la madre el segundo Domingo del mes de Mayo.

Ana Jarvis contactó ministros, hombres de negocios, políticos para que decretaran esta fecha como fiesta nacional. El presidente Woodrow Wilson en 1914 anunció oficialmente, que cada segundo domingo de mayo, se celebraría el día de la madre.

Hoy muchas ciudades celebran esta festividad en diversas épocas del año, sin embargo, algunos países como Dinamarca, Finlandia, Turquía, Australia y Bélgica celebran también el día de la madre el segundo domingo de mayo.

Los antecesores del siglo XIX llamaban a la celebración "Día de las madres", no "Día de la madre". El plural es significativo: celebraban la extinción de los intereses e inquietudes de la mujer más allá del hogar. Conmemoraban los roles cívicas de las madres y sus servicios a la patria o la sociedad, no sus roles privados ni sus servicios personales a la familia. Las mujeres que organizaron el primer día de las madres creían que la maternidad era una fuerza política que debería ser movilizada a favor de toda la comunidad, no únicamente una expresión de un instinto fundamental que las llevó a dedicar todo su tiempo y atención a sus hijos. Recordemos a las madres de la plaza de Mayo, que reviven la verdadera tradición.

El primer llamado a un día de las madres lo realizó entonces Anna Reeves Jarvis, que en 1858 organizó los días del trabajo de las madres en Virginia Occidental para mejorar la sanidad pública en las comunidades apalaches, Durante la Guerra Civil norteamericana, las mujeres que ella movilizó cuidaron a los heridos de ambos bandos y después de la guerra organizaron reuniones para persuadir a los hombres a que fraternizaran con sus enemigos de ayer.

El mensaje que las madres de la época enviaron al gobierno está muy lejos de las nimiedades sentimentalistas de hoy en día: "Nuestros maridos no deberán regresar a nosotras, exhalando mortandad... nuestros hijos no podrán sernos arrebatados para inducirlos a desestimar todo lo que les hemos enseñado acerca de la caridad, la misericordia y la paciencia. Nosotras, las mujeres de un país, nos apiadaremos demasiado de las de otro país como permitir que nuestros hijos sean entrenados para herir a los suyos".

La conexión entre la maternidad y los movimientos de paz y justicia social tenía considerable sentido en el siglo XIX no obstante su represividad, la imagen Victoriana de la maternidad le dio a las mujeres responsabilidad moral más allá de lo doméstico, una labor que para muchos significó simplemente activismo social. Las mujeres ocuparon un papel principal en la agitación contra la esclavitud, contra la censura, en los esfuerzos de protección al consumidor y a la construcción del sistema de bienestar social. Ellas creían en su papel de madres especialmente para actividades sociales y políticas.

Pero al terminar el siglo la expansión de las actividades sociales y económicas de las mujeres más allá del hogar chocó con el crecimiento de la economía de consumo. Aunque lograron reformas importantes en la esfera pública, sus responsabilidades maternas y morales se privatizaron y se les asoció a su papel de "agentes compradores" de la familia. El sentimentalismo en la maternidad al parecer iba de la mano con su trivialización.

Fue entonces cuando Anna Jarvis (hija de la anteriormente mencionada), inició una campaña por correspondencia para honrar a su propia madre mediante un día de fiestas dedicado a todas las madres. Los políticos y negociantes que en el siglo anterior se habían opuesto a las reformas impulsadas por las mujeres le dieron la bienvenida a un individualista día de las madres que pudiera ser "explotado" como lo dijo Florist's Review, la revista de la industria de las flores.

Como vemos, el día de la madre es una importación directa de los EE.UU., lo mismo que el Halloween, que tan profundamente ha calado en nuestras clases más populares. Para confirmarlo, recordemos que el congreso de los EE.UU. adoptó oficialmente el día de la madre el 8 de Mayo de 1914, y esa adopción representó un giro radical en todo lo que habían significado los días de las madres del siglo XIX. Los defensores parlamentarios que apoyaron la iniciativa rechazaban la participación de la mujer en actividades sociales y políticas y hacían resaltar la importancia de su papel en el hogar. Con ello se originó definitivamente la orientación del día de la madre hacia su comercialización.

Irritada cuando los "victoriosos" floristas empezaron a vender claveles por US$1, Anna Jarvis hija se dedicó a combatir la comercialización del día que tanto trabajo le había costado establecer. Sin embargo pocos años después Florist's Review pudo anunciar que "Miss Jarvis estaba totalmente derrotada". Por su parte Anna Jarvis se obsesionó cada vez más por acusar a quienes "con su avaricia desmeritarán el día de las madres". Finalmente se le internó a un asilo en el que murió en 1948, justo antes de comenzar la verdadera comercialización en masa del día de la madre en la década de los 50.

[Periódico "El Mundo, 06 de mayo de 1998]



HOMENAJE A LAS MADRES

Un pensador decía:
"Dios está en todas partes,
porque ha creado a las madres".


LA MADRE TIERRA

Todas las culturas, en sus orígenes, han adorado a la tierra como la diosa primaria, fuente de vida y madre universal. Sin embargo los griegos fueron los que mantuvieron un culto más elaborado y le dieron una personificación mucho más definida. Conocida como Gea o Rhea, esta diosa aparece ya en los escritos de Hesíodo como el principio del que se origina todo. En sus versos de alabanza hacia la diosa, el poeta comienza diciendo: "Canto a Gea, madre de todas las cosas, de sólidos cimientos, la más antigua de las divinidades". Conocida también como "la diosa de amplio pecho", es la que nutre todo cuanto existe y por cuyo favor los hombres tienen hijos bellos y sabrosos frutos.

En tiempos muy antiguos, era la divinidad suprema, cuya majestad se imponía a los mortales y demás dioses. Más tarde, al quedar victoriosa la dinastía de los olímpicos, el prestigio de Gea no disminuyó. Las demás divinidades la invocaban en sus juramentos: "Pongo como testigo a Gea y al vasto cielo que la cubre", proclama Hera en la Ilíada, al contestar las acusaciones de Zeus. Divinidad omnipotente, Gea no sólo creó el universo y dio a luz a las primeras generaciones divinas, sino que originó además la raza de los mortales. Esa es la interpretación que tiene el mito de Erictonio (primer habitante de Ática), a quien sacó de su propio seno para entregárselo a Atenea. Su poder se manifestaba también a través de su don adivinatorio, el cual se expresaba en Delfos, en el mismo sitio donde Apolo luego ocuparía su lugar.

RITOS ANTIGUOS

En las tribus africanas, también la tierra es venerada, como la madre protectora, y diosa de la fecundidad. Al igual que en los restantes pueblos del mundo. Las representaciones de ella en estatuillas de barro y madera, la muestran como una mujer gruesa de exuberantes senos, que representan la capacidad de la diosa de darles sustento a todos sus hijos.

De los ritos asociados con esta divinidad, el que más llama la atención es el que se efectúa en casi todas las tribus unos días antes del inicio de la primavera. Todos los varones que sean mayores de 14 años se reúnen bajo la luna llena en un paraje que ha sido elegido por los hechiceros. Allí cada uno, con su lanza, abre un agujero en la tierra. Luego, el hechicero les reparte una jíquera (vasija) con una bebida afrodisíaca y tras las invocaciones de rigor, ellos se acuestan sobre la tierra y depositan su semen en el agujero, para fecundarla.

Los pueblos eslavos de creencias paganas veneraron a la tierra como una divinidad individual. Los Rusos la denominaron Maty - Syra - Semlya... una expresión que significa: madre - tierra - húmeda.
Para ellos la tierra es un ser supremo, consciente y justo, la imagen perfecta y el modelo ideal de la madre. Lógicamente, dentro de sus atributos estaba el poder de profetizar el futuro siempre que quien se acercara a consultarla lo hiciera con la mente clara para comprender su lenguaje misterioso. Ella era el prototipo de la justicia y por lo tanto no se le debía engañar, y su nombre se utilizaba como señal de juramento. Y si alguien se ponía un puñado de tierra sobre la cabeza, su promesa se consideraba eterna.

DEVAKI Y MARIA

La idea de una concepción virginal no es propiamente exclusiva de los cristianos. Unos tres mil años antes de Cristo, cuando la civilización persa conquistó la India, la mayoría de la población se negaba a seguir las enseñanzas espirituales de los colonizadores, pues estaban acostumbrados a los ritos mágicos. Fue por eso que los Devas decidieron que debía nacer un redentor que salvara a ese pueblo de su ignorancia. Por tal razón, seleccionaron a una bellísima y casta joven llamada Devaki, para que llevara en su vientre a ese hijo de dios que debía poner orden en la tierra. Ella, dedicada enteramente a una vida de meditación, quedó embarazada en un momento de éxtasis, mientras descansaba en un enorme árbol conocido como "el árbol de la vida". Entonces el supremo sacerdote reconoció en ella la madre de su dios y se lo manifestó diciendo "la voluntad de los Devas se ha cumplido. Has concebido en la pureza del corazón y en el amor divino. Virgen y madre, te saludamos. Un hijo nacerá de ti, que será el salvador del mundo y al que llamaras Krishna, el consagrado ". Tras el nacimiento del niño, Devaki mantuvo su virginidad y educó a su hijo en los preceptos de la verdad. Cuando él cumplió 15 años, Devaki fue transportada a la eternidad, sin que quedaran señalas de su cuerpo.

María, venerada durante los últimos veinte siglos como la Madre de Dios y Madre de los mortales, revive una historia similar a la de Devaki. Siendo una joven muy pura y creyente, una tarde se apareció ante ella un arcángel llamado Gabriel quien la saludó diciendo: "bendita seas entre las mujeres, el señor te ha elegido para que se cumpla su voluntad. Concebirás un hijo y le pondrás por nombre Emmanuel, que significa Dios con nosotros". Y así sucedió. Tras el nacimiento de Jesús, María mantuvo su virginidad y un tiempo después de la muerte de Cristo, ella fue elevada al cielo. Tanto Krishna como Jesús crearon una auténtica revolución religiosa en el mundo y sus madres son consideradas por todos los creyentes como "las madres de toda la humanidad".

[Medellín Antiguo / Rafael Ortiz Arango. 1991. p. 10-11]



SELECCIÓN DE POEMAS A LA MADRE



MATERNIDAD (Carlos Castro Saavedra)

Si un hijo la abrumaba, no sabía.
Al principio pensaba lo que un nido,
lo que una voz, sin voz para el gemido,
lo que un perfume en trance de agonía.

Luego supo que el hijo nacería,
porque miró su seno convertido
en un tallo de miel, donde el latido
del corazón en leche florecía.

Más tarde toda se sintió vencida
por su propia cintura -mies crecida-
hacia el cielo redondo de su pecho.

Y un día casi azul, de madrugada,
se sintió por un niño desgarrada
sobre el lirio impasible de su lecho.

HACE MÁS DE MUCHOS SOLES (Juan Manuel Roca)

Mi madre abría un libro
como dos alas para el vuelo.
A orillas de la noche
alguien prendía fuego a los candiles.
La tarde descendía hasta el patio
como si oyera un llamado.
Mi madre narraba la leyenda negra
del que huye del espejo,
caballero del polen
cruzando nocturnas tempestades.
Si ella cerraba un libro
era como si cerrara la casa
y sólo entraba al dormitorio la noche,
su callada voz llegada de tierras del asombro.
Mi madre cerraba el libro como una adormidera,
y aún la perplejidad habitaba
al niño que fui hace más de muchos soles.
Cuando al sonido de cierta voz
en los umbrales del libro
los caballeros de la tierra
daban coces al cielo,
el galopero corazón
recorría el río de nieve de la cama,
la llanura blanca y silenciosa
que ascendía a la meseta de la almohada.
Mi madre cerraba el libro
como si cerrara la puerta de la casa.
En la penumbra del cuarto, una redada de
sueños me alumbraba.

MADRE (Juan Ramón Jiménez)

Te digo al llegar, madre,
que tú eres como el mar; que aunque las olas
de tus años se cambien y se muden,
siempre es igual tu sitio
al paso de mi alma.

No es preciso medida
ni cálculo para el conocimiento
de ese cielo de tu alma;
el color, hora eterna,
la luz de tu poniente,
te señalan ¡Oh, madre! entre las olas,
conocida y eterna en su mudanza.

CUÉNTAME MADRE (Gabriela Mistral, Chilena)

Madre, cuéntame todo lo que sabes por tus viejos dolores.
cuéntame cómo nace y cómo vive su cuerpecillo,
entrabado todavía con mis vísceras.

Dime si buscará sólo mi pecho o se lo debo ofrecer.
Dame tu ciencia de amor ahora, madre.
Enséñame las nuevas caricias, más delicadas que las del esposo.

¿Cómo limpiaré su cabecita en los días sucesivos?
¿Y cómo lo liaré para no dañarlo?
Enséñame, madre, la canción de cuna con que me meciste.
Esa lo hará dormir mejor que otras canciones.

SALMO FINAL (José Mirlo)

Primero, fui aquel sueño
que hacía temblar tus curvas
de virgen en promesa;
después... (tú bien lo sabes)
me resumí en tu carne como una primavera.

Y como el árbol nuevo que se afianza en la tierra
para ser un coloso,
yo me afiancé a tu entraña con mis raíces ávidas,
y sorbí todo el zumo de tu vientre sonoro.
Desde entonces en mis nervios,
como antenas de plata,
se enjoyaron de claras
resonancias marinas...


Bibliografía:
Día de la Madre : material recopilado por: Luz Mary Uribe Balbín. Medellín : Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América Latina

Periódico "El Mundo, 06 de mayo de 1998

Medellín Antiguo / Rafael Ortiz Arango. 1991. p. 10-11

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